El Templo Masónico de Santa Cruz se alza en mitad de una ciudad que durante años olvidó su importancia, su singularidad, los valores que llegó a representar y también su particular arquitectura que lo hace único en Europa. Con más de 100 años, 112 para ser exactos, este edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2007 ha resistido el paso del tiempo, la ocupación militar durante la Guerra Civil y la dictadura e incluso la intención de derribar todo el edificio, exceptuando la fachada.
http://diariodeavisos.elespanol.com/2016/08/testigo-la-historia-del-siglo-xx/