Hablar de San Juan Bautista es elevar a la máxima expresión muchas de las connotaciones, expresiones y simbología de la Masonería, de la Masonería Canaria, de la Masonería de la isla de Tenerife. Para nosotros es un día muy especial.
No en vano, San Juan está directamente relacionado con nuestro Libro de la Ley Sagrada que está sobre el ara, pero también con todo lo relacionado con los solsticios, la simbología, el nombre de las Logias o lo que representa en referencia al pasado y el futuro, el fin de una vida y el inicio de la misma. San Juan es, por sí solo todo un símbolo masónico.
Empezando por su propia historia, los primeros conocimientos que se tiene de Juan se remontan al año decimoquinto del imperio de Tiberio, y en el que era conocido como el enfatizador de los estudios de la Ley, las escrituras y la predicación. Sus pasos se conocían como Juan ‘el Evangelista’, siendo incluso el consejero más cercano a Herodes, hasta que, con treinta años, se cruza con Jesús, y con ello –por así decirlo- radicalizó su discurso de doctrina hacia el deber de cumplir las leyes de Dios, consiguiendo con ello el odio de muchos hasta terminar como mártir.
Así pues, Juan, está considerado como el príncipe del santoral cristiano, siendo el único del que se celebra su nacimiento y no su muerte. Su fiesta, el 24 (ó 21) de junio, es una fiesta solar, de luz y de fuego. Así San Juan ‘toma posesión’ de marcar el solsticio, pues esta fecha, ancestralmente ya se marcaba como la del culto solar, la de las fiestas más esplendorosas, lo que unido a su gran talla, implica que abre el camino al Sol; el que prepara los caminos hacia el Supremo y, en definitiva, a una nueva vida.
Juan es el patrono de las Logias. Es San Juan el que ostenta las premisas de los solsticios de invierno y verano y que la Masonería de San Juan, como un arte constructivo, iniciático y sacramental, se remonta en realidad en Egipto, en el Gran Templo de la Pirámide, en tiempos del sabio, matemático y sacerdote Euclides en el siglo III a. C.
Por herencia recibida de los miembros de las organizaciones de oficio, que, tradicionalmente, acostumbraban conmemorar los solsticios, esa práctica llegó a la Masonería moderna, sazonada por la influencia de la Iglesia. Como las fechas de los dos solsticios son 21 de Junio y 21 de Diciembre, muy próximas a las fechas conmemorativas de San Juan Bautista — 24 de junio — y de San Juan Evangelista — 27 de Diciembre — ellas finalmente se confundieron con estas, entre los operativos, llegando así a la actualidad. Hoy, la instalación de los Grandes-Maestros de las Obediencias y de los Venerables Maestros de las Logias se realizan el 24 de Junio, o en una fecha bien cercana, y no se puede olvidar que la primera Obediencia Masónica del mundo fue fundada en 1717, en el día de San Juan Bautista, cuando cuatro Logias de Londres se reunieron en la ‘Taberna Goose and Gridiron’ y conformaron la Gran Logia de Londres y Westminster, que posteriormente, ya a comienzos del siglo XIX, dio lugar a la Gran Logia Unida de Inglaterra, base de la Masonería Regular de la que forma parte nuestra Logia Nuevo Mundo 88.
Gracias a eso, muchas corporaciones, acabarían adoptando a San Juan como patrón, haciendo llegar esa costumbre a la moderna Masonería, donde existen, siguiendo la mayoría de los Ritos, las Logias de San Juan, que abren sus trabajos “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y en honor a San Juan, nuestro patrono”, englobando a los dos santos.
San Juan es un símbolo en si mismo; es un referente de la actividad masónica es el apóstol iniciado que en su primera epístola nos dice “Dios es Luz y en él no hay tinieblas”. Conocer la luz es conocer la verdad, es comunicarse con la Verdad y por medio de esa Luz deben girar y actuar nuestros actos y nuestra vida y actuar en consecuencia para con los que nos rodean.
San Juan es toda una referencia en cuanto al trabajo y al orden; a la doctrina y a la paciencia; al sufrimiento y a la evangelización, pero también el que supo exponer y elevar las formas de pensar y la libertad de conciencias. Su labor siempre estuvo acompañada por la Luz y así se ha transmitido a través de los tiempos. Relacionándolo con los solsticios y la moneda de dos caras –Jano- que forma parte de nuestra simbología, también se puede relacionar con otras muchas cosas y cuestiones masónicas. San Juan es tradición y simbología, pero también nos indica que las Logias, han sido, son y serán centros de hombres iluminados y favorecidos espiritualmente y es, sin duda, un punto de partida mediante el que buscar la inspiración y el origen más profundo de nuestro ser. San Juan, su historia y su presencia nos da lecciones tan importantes como la de que el Gran Arquitecto del Universo está en cada uno de nosotros y sólo tenemos que seguir nuestra luz.