Un símbolo es la representación de una idea visible para todos, pero que, sin embargo, trasciende al tiempo para mantener intacto su significado a las personas que lo observan desde el corazón.
En este sentido, destacamos un artículo de la publicación digital El Oriente, de la Gran Logia de España, que hace referencia a un símbolo que vincula estrechamente la discreta labor de la masonería y el compromiso social con un país.
Se trata del Obelisco de Avilés que recuerda desde hace unos días la estrecha relación entre la Constitución de Cádiz de 1812 y los ideales de masonería que inspiraron una Carta Magna plagada de ideas de progreso. El monumento es una réplica exacta del que se levantó en 1813 en la ciudad norteamericana de San Agustín, y une la iconografía de la escuadra y el compás, junto con el recuerdo de la primera constitución española y los hermanos que participaron en su redacción.
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