Rincones masónicos en Santa Cruz de Tenerife

santEl periódico tinerfeño EL DIA, publicó en su edición digital de ayer, un reportaje sobre la guía del experto en arte y masonería David Martín López que contiene algunas reminiscencias de nuestra orden que pueden encontrarse en Santa Cruz de Tenerife, como el piramidión en el edificio del Cabildo Insular de Tenerife o el trabajo sobre la piedra bruta que inspira el edificio de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Tenerife.

 

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Fiesta de Lammas

lam1El día 1 de Agosto se celebra la fiesta de Lammas o el día de Lammas aunque su celebración está asociada en múltiples lugares a los primeros días de Agosto. Esta celebración, que también es conocida como Lugnasad o la Wicca, es una festividad relacionada con las cosechas… es la fiesta de la primera cosecha, la fiesta del pan y el Harvest Home. Es la fiesta del dios celta Lugh (de ahí Lugnasad), el poeta, el del largo brazo y aunque es identificado generalmente con el Sol y con Mercurio es un Dios principalmente Solar. Místicamente, esta Divinidad pierde parte de su fuerza, al pasar su punto máximo, ante la mirada triste de la Diosa Madre Tierra pero con una alegría asociada pues una semilla crece en su vientre y él podrá renacer de nuevo.
Durante el día de Lammas los antiguos paganos encendían hogueras en los campos para honrar a los dioses. Este día era un momento importante para el agradecimiento a las deidades por los productos de las primeras cosechas (especialmente del «trigo») y de las semillas que aseguran la siguiente cosecha. Muchos opinan que Lammas es el predecesor del moderno Día de Acción de Gracias… podría estar esto asociado a que durante esta fiesta se celebra la abundancia y se agradece y felicita por la recogida de los granos que servirán también de alimento durante el invierno. Además porque es el momento para meditar y agradecer las ganancias obtenidas, los tesoros hallados, los amigos y hermanos encontrados, las metas, los éxitos y todo aquello en lo que hemos invertido con nuestro trabajo vivencial, sembrando, cuidando, cosechando y haciéndose finalmente realidad.
Aunque pudiese ser sólo una conjetura, se dice que tanto entusiasmo y celebración era el que se sentía por estos días, que el propio Emperador Romano Augusto llegó a sentir celos imponiendo su nombre a esta época del año (Agosto), con la pretensión de que las personas festejaran en su honor.
El Cristianismo adoptó parte de esta festividad ya que ‘Lammas’ era el nombre cristiano medieval de la celebración, que significa ‘loaf-mass’ (misa de la hogaza) pues en esta fecha se horneaban las hogazas de pan hechas con los granos (de trigo principalmente) de la primera y nueva cosecha para posteriormente llevarlas a la iglesia y ser ofrecidas en el altar como ofrenda. En otros lugares, en vez del pan también se llevaban otros frutos y frutas de las cosechas para ser bendecidas… Se cuenta que el Papa Gregorio I realizaba dicha ceremonia todos los días 6 de Agosto.
Lugh, Dios Solar y mensajero de los dioses es comúnmente asociado a la fundación de ciudades con Londres o Lyon, también se asocia a la figura de Lancelot en la Leyenda Artúrica. Es un Dios ligado a la astucia y que vence a sus rivales por medio de su razón y de su «magia»  y no por métodos ligados a la fuerza bruta.
Reza el Oráculo de los Celtas: «Esta era la fecha de la cosecha, y en ellas se celebraba el matrimonio entre Lugh y la Madre Tierra. Pero era también un rito funerario, pues en esa fecha el Sol iniciaba su largo viaje hacia la noche del invierno… La base de los festejos eran las fogatas, las carreras y las danzas circulares siguiendo la dirección del Sol, con las que los celtas pretendían fortalecer al astro rey por medio de la imitación, asegurándose así la continuación de la fuerza vital por un año más. Las carreras remiten al recorrido del sol en un año.»
De pie ante los altares y elevando «las espigas» se decía:
«Saludemos al Dios Luminoso, al Rey del Roble en su día de gloria,
pidamos que su poder colme y purifique nuestro ser, y sepamos
que todo lo que nace y crece debe también morir.
Y así como ha de morir, ha de renacer.»
Esta fecha tenía y tiene un poder místico y simbólico tan importante que los rituales de iniciación de los nuevos druidas concluían por estas fechas…
Disfruten de Lammas!!!
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La toma militar del templo masónico de Tenerife

Añaza-c-1929Uno de los requisitos para formar parte de la Francmasonería, consiste en ser un hombre libre y de buenas costumbres. Se entiende por tal al que no sólo posee la libertad física, sino también –actualmente, sobre todo- la de pensamiento y expresión. Dicha libertad se logra por medio de la tolerancia, el respeto hacia las ideas ajenas y a través del rechazo de actitudes dogmáticas y sectarias. Con esta idea, queremos indicar que todos aquellos que se denominan librepensadores –se trate de masones o profanos- normalmente son mal vistos (cuando no son enemigos) por la mayoría de los sistemas de poder, máxime si aquellos son de corte totalitario.

El pasado día 18 de julio, se cumplieron setenta y nueve años del golpe de estado contra el Frente Popular de Izquierdas, llevado a cabo una parte del Ejército Español, así como otras fuerzas políticas de sesgo conservador; los cuales se autodenominaron posteriormente como bando nacional. Dicha actuación, trajo como consecuencia la última Guerra Civil que asoló nuestro país, la caída del régimen republicano y la implantación de una dictadura de tendencia derechista que perduró casi cuarenta años.

Por lo ya expuesto, cabe deducir que uno de los enemigos directos de la llamada España Nacional fueran los francmasones, quienes en una absurda e indocumentada teoría, fueron asociados intrínsecamente con los marxistas en el célebre “contubernio judeo-masónico”. Este concepto, que perduró en el régimen franquista hasta el mismísimo año de su terminación, fue utilizado de manera recurrente en buena parte de los discursos del entonces jefe del estado español. Buena prueba de ello fueron las numerosas leyes antimasónicas, que reflejaban la obsesión del general Franco y sus partidarios por este peligro que supuestamente les acechaba. La primera de dichas normas, se promulgó en fechas tan tempranas como el 15 de septiembre de 1936: un Decreto cuyo primer artículo indicaba que La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión.

En la década de 1930, Tenerife contaba únicamente con la logia simbólica Añaza nº270, situada en Santa Cruz en el templo de la calle de San Lúcas. El 19 de julio de 1936 –al día siguiente del Golpe de Estado-, un grupo armado de militares y falangistas se incautaron del recinto, el primero de los que se confiscaron entonces. Los asaltantes se encontraban capitaneados –en un acto de flagrante perjurio masónico- por el VH Jacinto Casariego Caprario, que ostentó la veneratura de la logia durante los años 1927 a 1931. Además de dicho cargo, desempeñó otras oficialías tanto en la Logia Añaza, como en el Capítulo Rosa Cruz Añaza nº 51. Iniciado francmasón en abril de 1921, fue su padrino el coronel de Ingenieros VH José Freixá Martí, y se le otorgó el nombre simbólico de Copérnico. Dos años más tarde fue exaltado como Maestro y en 1929 obtuvo el grado 18. Casariego declaró posteriormente –en 1940- que desde el advenimiento de la República en 1931, fue perseguido por sus propios hermanos de logia por causas políticas, dada su ideología monárquica: no en balde, fue concejal del Ayuntamiento santacrucero durante la alcaldía de don Santiago García Sanabria. Debido a esta supuesta persecución, solicitó la baja de la Orden en 1932, añadiendo que al separarme de ella, quise trabajar en su contra; pero como dije anteriormente, con la República les vino un poder desconocido, siendo mis esfuerzos estériles, en vista de lo cual ya no quise saber, ni que me hablaran de masonería, destruyendo en el año 1934 libros y todo lo que tenía de ella.

Comprometido con los insurrectos con anterioridad al Golpe de Estado, colaboró activamente con el Ejército Nacional: ejerció labores de vigilancia nocturna en la Prisión Militar y asimismo organizó patrullas de vigilancia callejera. Sin embargo, la Guerra Civil se cobró la vida a su hijo primogénito, fallecido en el frente de combate en 1938.

A partir de estas fechas el templo masónico, sus muebles, objetos y gran parte de la documentación pasaron a ser de propiedad militar. El archivo de Añaza nº 270 quedó bajo la custodia del coronel José María del Campo Tabernilla, quien ayudado por varios de sus subordinados, clasificó la documentación y la remitió a Salamanca -a finales del mes de julio de 1937- junto con otros objetos como el estandarte de la propia logia, donde aún se conservan. Campo Tabernilla realizó una memoria, tras el análisis de dicha documentación, donde sostenía la bolchevización de España gracias a la masonería, en connivencia con el judaísmo internacional. Sin embargo, este militar se muestra sorprendentemente razonable a la hora de pedir condenas para los acusados de francmasones: éstas debían reducirse a multas económicas, pérdidas de cargos públicos y destierros; pero nunca las penas de muerte o los simples asesinatos, que tan funestamente en boga estuvieron durante muchas madrugadas de la Guerra.

En este orden de cosas, nos parece oportuno comentar que durante la toma de la logia Añaza, los militares y falangistas se cobraron como víctima mortal al QH Antonio Ramírez Sanjuán; que a la sazón tenía su domicilio en el propio local, puesto que desempeñaba el cargo de Guardatemplo exterior. Desde estas breves líneas, queremos rendir un modesto pero merecido homenaje a quien cumplió fielmente con su deber hasta las últimas consecuencias y ni siquiera tuvo un apropiado funeral, como era preceptivo por aquél entonces. Tuvo el triste honor de ser el tercer muerto de la Guerra Civil y el primero de nuestros hermanos en perder la vida en aquella contienda.

El templo masónico fue cedido en un primer momento a la Falange Española, que instaló allí su cuartel principal en la isla de Tenerife. Por aquella época, los falangistas cobraban una entrada a todo aquél que quisiera visitar la cámara de reflexión y otras curiosidades de la antigua logia. Resulta muy llamativo que se conservase casi toda la simbología masónica del edificio, si tenemos en cuenta la proximidad de la iglesia del Pilar; pues el 21 de diciembre de 1938, el general Franco decreta que todas las inscripciones o símbolos de carácter masónico, o que pudieran molestar a la Iglesia católica, fueran eliminados de todos los cementerios de la zona nacional en el plazo de dos meses.

Por considerar que es una buena muestra de la actitud intransigente de aquellos años, queremos finalizar nuestro trabajo citando un artículo periodístico titulado El local de Falange Española, hasta ayer logia masónica, aparecido en la prensa local poco después de la incautación relatada. Entre otras cosas carentes de rigor argumenta: la Masonería, como toda organización internacional inspirada por el Judaísmo, nos ha traído todos los desastres que ha sufrido España durante dos siglos y que ha culminado con la actual hecatombe (Guerra Civil). Qué diferencia de temperamento con este otro, publicado en nuestra capital apenas un año antes, donde se palpa de manera inequívoca el espíritu de tolerancia y buena convivencia, al señalar que aquí (en Santa Cruz de Tenerife), nadie se ofendería de que se le llamase masón; por el contrario tienen a honra decir que lo son.

Por C.B.I., Ap:. M:.

En Santa Cruz de Tenerife, a 31 de julio de 2015

Bibliografía consultada:
– Paz Sanchez, Manuel de. «Historia de la francmasoneria en Canarias».   Tomo 2. Santa Cruz de Tenerife, ed. Idea 2008
– Paz Sanchez, Manuel de. «Masones en el Atlántico». Tomo 3. Santa Cruz de Tenerife, ed. Idea 2010

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Una visita al templo masónico de Santa Cruz

unnamedEn los últimos años, gracias a mi profesión, he tenido la suerte de haber podido entrar en el Templo Masónico de la santacrucera calle San Lucas en muchas ocasiones. Me siento afortunado por ello, no lo voy a negar.

Sinceramente en cada una de ellas he experimentado sensaciones diferentes. Sin apelar a la fácil retórica trascendental y metafísica, el conjunto de sensaciones se podrían traducir en una continua admiración por contemplar cómo el amor por unas ideas de progreso y fraternidad, hicieron posible que se erigiera un edificio con unas características que lo hacen único en el mundo, en unos años llenos en donde lo habitual era la miseria y el único objetivo la supervivencia material.

Es digno de admirar cómo la la fuerza de unas ideas que se pierden en la noche de la historia de la humanidad tomaron fuerza y se materializaron en un solar de 600 metros cuadrados de una modesta trama urbana en una ciudad atlántica a medio camino entre dos mundos.

No voy a entrar a detallar acerca de los detalles arquitectónicos o artísticos que aún podemos contemplar, y que escaparon a la locura totalitaria que afectó a nuestro país desde el golpe de Estado de 1936. Para conocerlos hay numerosa bibliografía escrita en nuestras bibliotecas, además existe una magnífica página web con la aportación de muchos profesionales que detallan cada rincón del templo.

Me gustaría penetrar en las sensaciones que he experimentado al traspasar la puerta del templo. Al girar la llave y empujar la pesada puerta de madera, la atmósfera que sale a recibir a uno permanece límpia y sin mácula, sin haber sufrido ningún daño en su dignidad, ni el que se supondría después de haber sufrido tantos años acoso y abandono. Por parte de los golpistas, de sus herederos y por parte de una administración pública democrática que lejos de restaurar su cuerpo, ha dejado -con diferentes argumentaciones- que el cáncer del olvido se multiplique en sus entrañas.

Las estancias polvorientas mantienen el eco de sus tenidas, de sus ágapes, de las clases de formación popular en los años previos a la Guerra Civil española. Tantos momentos bajo el mismo techo, unidos en el manto de la tolerancia y el respeto a la diversidad para construir un mundo más justo, donde todas las personas fueran iguales en oportunidades. Incluso parece escucharse el eco del fatal disparo que segó la vida del hermano que cuidaba el templo la terrible noche del 17 de julio de 1936. Todo ello forma parte de la memoria sensorial de un templo que nos sigue acogiendo bajo la mirada del ojo que todo lo ve, ubicado como no podría ser de otra manera, en el frontispicio del templo.

La escalera de la vida que accede a las diferentes estancias y que vio corretear a niños, a estudiantes, a familias desfavorecidas acogidas en el templo temporalmente, o a los hermanos aprendices con las prisas lógicas en la preparación del ágape en cualquiera de las tenidas que celebró la R.·.L.·. Añaza, hoy permanece silenciosa. Apenas se puede transitar debido al peso del tiempo que ha dejado huella entre su armazón de humilde madera construida con la fuerza de la voluntad de una sociedad hoy lejana en el tiempo pero cercana en los corazones.

La cámara de reflexión, el útero excavado en la madre tierra y que hoy desata el morbo entre sus visitantes, sintetiza el esfuerzo de penetrar en los augustos misterios. Un lugar extraordinario que hace único en el mundo a este templo. En las visitas a la cámara, es notable dejarse llenar por el silencio masónico que todo lo invade. Posiblemente en las entrañas de la tierra mora aún con más fuerza y al salir al exterior, uno tiene la impresión de no ser la misma persona. No sólo se siente un renacimiento interior, sino la medicina de la alquimia del silencio, un antídoto que solucionaría muchos de los problemas de este profano mundo en el que vivimos.

La sala de tenidas, ese mágico rectángulo áureo donde todo encaja como en una danza universal, se muestra desnuda de sus vestidos originales y sólo se cubre por el monótono gris de la intolerancia. Es ahí donde al apoyarme en las columnas del septentrión desaparezco por unos instantes y experimento un salto hacia mi logia madre, cómo desde el presente y a través del pasado, avanzo en el espacio para confirmarme que todo somos uno. Algo entre sus paredes me dice que el momento presente es la suma de las obras de muchas personas y que la memoria de su trabajo será la fuerza que nos haga consolidar el futuro, a través de los permanentes valores de libertad, igualdad y fraternidad.

Al salir, cierro la puerta. Elevo la mirada hacia la luz y le guiño el ojo al G.·.A.·.D.·.U.·.

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La Masonería española cede 20.000 papeles del exilio a la investigación

La Gran Logia de España cederá al Centro Documental de la Memoria Histórica la custodia de más de 20.000 documentos de la Masonería Española en el exilio para que sean clasificados y escaneados, facilitando con ello su estudio y difusión pública. 

Se trata de los papeles del primer Gran Maestro del Gran Oriente Español en el exilio, el Muy Respetable Hermano Lucio Martínez. La Gran Maestría del Muy Respetable Hermano se inició en 1938 en territorio español durante la Guerra Civil y se extendió hasta 1946, cubriendo el periodo de la Segunda Guerra Mundial y la no intervención aliada en España. El Gran Maestro se exilió primero a París en 1939 y a partir de 1940 a México, donde residió hasta su muerte en 1957. El exilio no impidió que sufriese la persecución sistemática de la Masonería durante el Franquismo: en 1944 fue condenado en rebeldía por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo a la pena de 20 años como autor del delito consumado de pertenencia a la Masonería, en la que se había iniciado en 1919.

El Grande Oriente Español acordó por la unanimidad de los miembros de su Gran Asamblea General Extraordinaria de 2001 quedar indivisiblemente unido a la Gran Logia de España en una única Obediencia Masónica, uniendo así la historia de la Masonería Española previa a la democracia con la regularidad masónica internacional. Fue después de este hecho cuando los descendientes del primer Gran Maestro en el exilio donaron este tesoro conservado en México, que la Masonería Española quiere poner ahora en manos de la investigación histórica. “La colaboración con el Centro Documental de la Memoria Histórica es el mejor destino que puede tener este fondo documental para que no se deteriore ni se pierda. Su valor último reside en que nuestra historia se conserve y se conozca”, explicó el Gran Maestro.

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